Recomendaciones para los amantes del arte

¡Para disfrutar!

En múltiples ocasiones el mundo del cine y del arte se entrecruzan y nos permiten disfrutar de espléndidos largometrajes cargados tanto de historia, como de piezas u objetos de arte mundialmente famosos. Muchas veces los directores utilizan al arte dentro de sus películas como un apoyo al relato, sobre todo cuando se está representando algún período de tiempo en particular.

El primer caso del cual hablaremos hoy es la cinta La Dama de Oro, dirigida por Simon Curtis, que cuenta con las espectaculares actuaciones de Helen Mirren y Ryan Reynolds. La película está basada en un caso real, de una mujer llamada Maria Altmann, una mujer judía que durante la segunda Guerra Mundial escapa de Viena y regresa sesenta años después para reclamar propiedades que los nazis confiscaron a su familia. Dentro de esas propiedades, se encuentra el célebre “retrato de Adele Bloch- Bauer I” de Gustav Klimt. A partir de eso, y para poder alcanzar su objetivo, recibe la ayuda de un abogado que decide asesorarla en el juicio contra el gobierno austríaco y la Corte Suprema de los Estados Unidos.

Fueron tres los años que le llevaron a Klimt realizar esa pintura de óleo y oro sobre tela que mide 13.8 x 13.8m . En 1907 fue cuando la dio por terminada. Durante sesenta años el cuadro estuvo en las paredes del Museo Belvedere en Viena y se convirtió en un ícono para los austríacos. Sin embargo, continuaba siendo un misterio quién era aquella “Dama de Oro”, como lo indicaba la placa del museo. Años después se supo que era Adeleb Bloch-Bauer -o la Mona Lisa de Austria, como también suele ser llamada-, una de las mujeres más hermosas de la alta sociedad danesa, cuya identidad había sido borrada durante la invasión de los nazis en 1938. ¿Quién le dio visibilidad? Su sobrina, Maria Altmann, al dar comienzo a uno de los juicios más famosos de la historia. Según informes periodísticos, una vez que Altmann ganó el juicio y recuperó esta -y otras- obras, la vendió en 2007 al dueño de la Neue Galerie en Nueva York por 135 millones de dólares.

Otro caso donde el arte es la base del largometraje viene de la mano del director Julian Schnabel quien en la cinta En la puerta de la Eternidad, retrata parte de la vida del famoso pintor Van Gogh, durante la época de su vida en la que vivió en Arlés, Paris y Auvers-sur-Oise en Francia. Willem Dafoe, nominado al Oscar y al Globo de Oro como mejor actor por su increíble actuación como el pintor, es el encargado de sumergirnos en este maravilloso viaje.

Van Gogh no era un artista que se limitaba simplemente a pintar el objeto o persona que tenía delante, sino que pintaba la experiencia, el momento compartido con ese otro. Es por esto que lo vemos durante gran parte de la película con su banco, su lienzo y sus pinturas, sentado tranquilo observando todo lo que lo rodea y pintando diferentes paisajes. “La esencia de la naturaleza es la belleza", dice Dafoe.

En la puerta de la Eternidad, además de ser el nombre de la película, es el nombre de una de sus obras. Fue pintada en 1890 con pintura al óleo, mide 81cm x 65cm y el artista la finalizó dos meses antes de su muerte, mientras tenía una grave recaída de salud mental. Actualmente la pintura se encuentra en el Museo Kröller-Müller, en los Países Bajos.

¡Grandes inspiraciones, grandes películas!

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