La Real Academia Española define a la palabra guion como “escrito en que breve y ordenadamente se han apuntado algunas ideas o cosas con objeto de que sirva de guía para determinado fin” y “texto en que se expone, con los detalles necesarios para su realización, el contenido de un film o de un programa de radio o televisión”. Partiendo de esta base, podemos afirmar que es un documento que sirve de guía para poder filmar la película. Por lo tanto, debe contener toda la información relevante para la realización del proyecto audiovisual: escenas o secuencias, diálogos de personajes, acciones, etc.
En el mundo del entretenimiento, podemos tener dos tipos de guiones. El primero es el guión literario que es escrito únicamente por el guionista o la persona que tiene la idea de esa historia para ser contada. Una vez que el guion es aprobado por un productor, se realiza un guion técnico, que muchas veces es realizado en conjunto con el director -el cual le agrega su impronta- y allí detallan cada una de las escenas, tomas, planos, encuadres, iluminación, entre otros.
Uno de los directores más conocidos mundialmente es Quentin Tarantino. Este apasionado director ha dado algunos tips para poder escribir un buen guion, los cuales compartimos a continuación. El primero, es que se tomen como referencias y fuentes de inspiración todas las obras que uno haya leído en la vida o que haya escuchado hablar. Segundo, tratar de que la historia sea lo más verosímil posible y cuidar los detalles. Por ejemplo, no hacer que los diálogos entre personajes sean forzados, sino que es ideal poder “escribir como la gente habla”. Tercero, poder siempre incluir algo de humor dentro de la historia, por más dramática que sea ya que este recurso sirve para descomprimir. Y por último, ser honestos con nuestra obra. Es decir, no dejarse influenciar por pensamientos o críticas externas, sino que se pueda transmitir la historia desde lo más profundo de nuestro corazón.
¡A escribir se ha dicho!
