En el séptimo arte existen diferentes técnicas para contar una historia, entre ellas, está el stopmotion. Este recurso consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.
La animación cuadro por cuadro reside en pequeños cambios a una figura o a un material maleable como la plastilina, papel o arena. Se trata de una técnica que requiere mucha paciencia porque lleva tiempo capturar el movimiento desde un fotograma a otro ¿Cómo funciona exactamente? Los diseñadores capturan una imagen, se realiza un breve cambio de posición en la figura, y se vuelve a registrar otra imagen. De esta manera, se logra un conjunto de fotogramas que reproducidos a gran velocidad genera la ilusión de movimiento.
Este recurso nació por casualidad en 1896. Uno de los primeros directores de cine, Georges Méliès, estaba filmando las calles de París cuando accidentalmente el obturador se detuvo. Méliès lo arregló y volvió a grabar pero el resultado final demostró que las personas y los carruajes del vídeo cambiaban unos por otros como por arte de magia. Georges Méliès denominó este suceso como stop action o stopmotion.
El stopmotion tiene dos trayectorias históricas importantes. La primera es la tradición europea: películas realizadas por artistas individuales y series infantiles de televisión. Por otro lado, en Hollywood, se emplea esta técnica de manera invisible, es decir, para los efectos visuales de los largometrajes.
¿Cuáles fueron las primeras películas con esta técnica? La casa encantada (1906) y El hotel eléctrico (1908) fueron algunas de las innovadoras cintas en implementar este recurso. Más tarde, en los años treinta, Willis O’Brien aplicó el stopmotion en King Kong. En la actualidad, se trata de una técnica muy popular, la cual se ha visto en cintas como El fantástico Sr. Zorro, El extraño mundo de Jack o Wallace y Gromit: la maldición de los vegetales.
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