Sabemos que la tarea de un director cinematográfico no es fácil: tiene que dar vida al guión, encontrar a los actores, dirigir todo un equipo de producción y en la medida de lo posible que todo el proceso se dé en armonía.
Es la tarea que desempeñó el realizador Paul Weitz a la hora de llevar a la pantalla grande el éxito literario de Bel canto, la historia de la toma de rehenes en la residencia del embajador de Japón en Lima por un grupo terrorista que tuvo en vilo a todo un país y el mundo.
La versión cinematográfica estará protagonizada por dos figuras de renombre, Julianne Moore y Ken Watanabe. El director quería reunir a los dos actores, porque había trabajado con Moore en su película Being Flynn, y por otro lado, también con Watanabe en Cirque du Freak y estaba muy entusiasmado con la participación de ambos en el film.
Weitz siempre sintió una gran admiración por Watanabe: “Ken tiene un sentido del humor encantador y una gracia corporal que sabía que beneficiaría a un personaje que está cautivo durante la mayor parte de la película”. Las características necesarias para interpretar a un hombre tranquilo y contemplativo. Un líder natural en todo momento, que le aporta serenidad y finalmente amor al tenso drama de los rehenes que veremos en pantalla prontamente.