La presencia de Dave Bautista y Chloe Coleman en Grandes espías (My Spy) dará mucho que hablar al público, y es que la química de la dupla traspasa la pantalla. Algo que se logró gracias al excelente ambiente creado en el set.
Una de las principales ventajas de crear un trabajo distendido es que todos se sienten cómodos y la tarea es mucho más efectiva. Esa complicidad permitió a la joven Chloe Coleman copiar el juego que le enseñó su hermana y ganar unos billetes extras.
Al ser consultada por el negocio paralelo que montó en el set, Coleman no duda en recordar: “Ah, sí, sí. El jarro de las palabrotas”, respondió.
¿En qué consiste el juego? La pequeña protagonista estaba atenta al vocabulario de sus compañeros de elenco, cuando alguien maldecía, ella sacaba su jarro y le cobraba una multa. Una manera de ganar dinero y corregir malos hábitos.
“El director Peter Segal es el peor”, agregó Dave Bautista, negando las veces que lo encontraron en falta. A lo que Coleman sumó: “como me dijo Dave, es difícil no maldecir en el set”.
My Spy. Una niña astuta pone en peligro una misión
Un agente secreto sin amigos ni vida social puede poner en peligro la misión al ser descubierto por la pequeña Sophie. Sin chances de que se sepa la verdad decide pactar con la niña para enseñarle a ser una pequeña espía.