Una de esas fotos que ya casi no existen, las que traspasan la vida digital y se imprimen en papel, es la imagen que cubre el póster del film Beautiful Boy: Siempre Serás Mi Hijo.
Una retrato que expresa la unión algo resquebrajada de un padre y un hijo, y en el que se notan las líneas por las que la foto fue doblada una y otra vez.
Un drama que cautiva a los más exigentes
Inspirado en un relato de la vida real, el cineasta que todos buscaban para hacer una película, el belga Felix van Groeningen, se puso al frente de esta historia que lo conmovió desde un principio.
Desgarradora, pero a la vez llena de esperanza, la película protagonizada por Steve Carell y Timothée Chalamet relata la dura experiencia del mundo de las adicciones, plagado de rehabilitaciones fallidas y promesas incumplidas.
Un adolescente prodigio (Chalamet) que se hunde en las drogas ante la desesperación de su padre (Carell) por salvar a ese “niño precioso” de los estragos que le presenta la felicidad ficticia de la adicción.
Un relato imperdible por su honestidad descarnada para relatar el viaje de una familia a través de una lucha larga en la que el amor y el respeto una vez pueden ser la clave para encontrar la salida.