Es australiana, pero a los 24 años se mudó a Londres, donde dicen que adquirió su estilo impecable e hipnótico. Ahora, a los 39, reside en la Gran Manzana y disfruta de un prestigio muy bien ganado.
Porque si Rose Byrne mira para atrás puede estar segura de una cosa: es totalmente apabullante la cantidad de películas, series y espectáculos que la tuvieron como protagonista.
Lo más llamativo es que pese a su éxito esta intérprete ha sido capaz de esquivar los flashes y los paparazzi, las tentaciones de la fama y hasta llevar “una vida normal”.
Y eso que ha participado de verdaderos sucesos de taquilla como Troya o Star wars. O ser uno de los rostros conocidos de series como Daños y perjuicios (junto a la gran Glenn Close) y películas como La boda de mi mejor amiga.
Lo nuevo
Esta australiana incansable ya tiene nuevas sorpresa para su fans. Este año estrenará Amor de vinilo (Juliet, naked), una comedia romántica, divertida e inteligente, y cuyo cartel comparte con los geniales Ethan Hawke y Chris O'Dowd.
En el film, Byrne interpreta a Annie, atrapada en un romance largo y monótono con Duncan (O'Dowd), hasta que entabla una inesperada relación con quien es objeto de admiración de su novio: el músico devenido a menos, Tucker Crowe. Y el amor no tardará en aparecer.