Hace unas semanas habíamos conversado acerca de los diferentes tipos de guiones que existen. Siguiendo esa línea, hoy quisiéramos contarles cómo es que el guion efectivamente se realiza. ¿Cuál es el proceso creativo del guionista? (Si se te ha escapado la noticia anterior, descuida, puedes hacer una breve pausa y leerla aquí!)
Lo primero a lo que se enfrenta el guionista es a la hoja en blanco. Ese pedazo de papel -o de pantalla en la computadora- que muestra que la idea que está en la mente de la persona aún no ha sido plasmada para que luego llegue a convertirse en una película. Entonces, ¿desde dónde debería partir?
En primer lugar, entender para qué se quiere escribir esa historia, cuál es el objetivo. Es mucha la presión que una persona puede sentir ya que, en muchos casos, puede ser su único sustento de vida. Nada le garantiza que su idea luego sea necesariamente un éxito. O en algunos casos ocurre todo lo contrario: ya es alguien exitoso, de renombre, por lo que las expectativas del público y de los críticos de la industria son altísimas. Y la presión se siente. Entonces consideramos que siempre es muy importante tener un propósito a la hora de embarcarse en esta aventura literaria.
En segundo lugar, el lugar donde el guionista elija para escribir es vital. Un espacio aireado, limpio, confortable y sin distracciones sería lo ideal. Ayudar a la inspiración es importante. Otro aspecto a tener en cuenta es tener las ideas o el plan lo más claro posible. ¿Escribirá una autobiografía? ¿Será ficción? ¿Será un híbrido? ¿Se inspirará en la vida de otras personas?
Escribir bien definitivamente es un talento. El poder contar una historia, lograr que se transforme en un proyecto cinematográfico, verlo reflejado en una pantalla grande y captar la atención de miles de personas es un gran desafío. Todo desafío requiere de constancia y sacrificio sostenido.
¡A imaginar! ¡Voilá!