Se puede pensar que el arte y las Fuerzas Armadas son universos sin puntos en común. Pero no es así para Adam Driver. Este actor estadounidense que saltó a la fama mundial con su peculiar y emocionalmente inestable personaje de la serie Girls, se unió al Cuerpo de Marines de EEUU cuando tenía 18 años.
Quería ser actor pero había sido rechazado en una escuela de artes de Nueva York y, según argumentó, “no estaba haciendo nada honorable” con su vida. Tres años de servicio después, cuando estaba por ir a la guerra de Irak, tuvo un accidente que puso punto final a su carrera militar. Y volvió a abrazar a su primera pasión.
Girls lo catapultó a una sólida carrera cinematográfica. Trabajó en J. Edgar (2011) de Clint Eastwood, en Lincoln (2012) de Steven Spielberg, entre otros films. Otro gran salto lo dio al interpretar al villano Kylo Renal en la saga Star Wars.
Su próxima gran interpretación vendrá de la mano del largometraje Logan Lucky, dirigido por Steven Soderbergh. Allí será Clyde Logan, quien junto con su hermano (Channing Tatum) planean el robo de sus vidas durante una carrera de coches.
Adam Driver asegura que aplica algunas enseñanzas de la Marina en su carrera artística. Se trata, según dice, de “trabajar en equipo para cumplir una misión”. Además dirige una fundación que ofrece obras de teatro para los militares estadounidenses en todo el mundo.
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