La industria cinematográfica ha sido de las más golpeadas durante la pandemia mundial que se desarrolló en el 2020 y que aún continúa en este 2021. En un momento de incertidumbre y desconocimiento para toda la sociedad, sucedió algo sin precedentes: todos los cines de Latinoamérica -y el mundo entero-debieron cerrar sus puertas.
Esto llevó a que, después de varios meses de inactividad, cada industria de cada país buscara la manera de organizarse para el esperado regreso -cuando llegara el momento-. Había que considerar varios aspectos y en muchos casos fueron largas charlas de discusión y debate con agentes de la industria pero también gubernamentales en relación a protocolos, porcentaje de aforo o capacidad en la sala, qué películas se iban a poder estrenar, entre muchos otros.
Por ejemplo, en Brasil, existe el “Movimento da retomada” (Movimiento de retomada) el cual, liderado por la empresa Flix Media lograron agrupar a exhibidores, distribuidores, agencias de prensa, digital, entre otros actores, con el objetivo de unir, fortalecer y preparar a todo el sector para cuando los cines reabrieran. Se realizó un arduo trabajo en equipos durante meses, donde cada uno tenía un rol claro, y de esta forma lograron preparar y lanzar una campaña en todos los medios, teniendo como foco principal que el cine es un lugar seguro, que vale la pena disfrutar de ese momento, y se apeló mucho a la nostalgia de los momentos vividos y compartidos previo a la COVID-19.
Algo similar fue realizado en México, cuando los exhibidores más importantes para el mercado local -y la región- también apelaron a campañas enfocadas en la nostalgia de poder volver a compartir ese espacio y se enfocaron detalladamente en mostrar los nuevos protocolos de limpieza y seguridad que habían implementado en cada una de sus salas.
En los países de Centroamérica, como por ejemplo Costa Rica, los cines contaron con el respaldo de la Cámara de Distribuidores y Exhibidores Cinematográficos de Costa Rica (CADEC), donde lanzaron varias comunicaciones en donde la línea central era: “Volvamos al cine con confianza”. Allí contaban minuciosamente todas las medidas implementadas -como el uso generalizado del tapabocas, control de tráfico para evitar aglomeraciones de personas, ocupación de las salas con butaca de por medio, protocolos de entrada y salida, uso de gráficos de piso y señalización, alcohol en gel, desinfección de espacios entre función y función, etc. Además, la idea era poder reducir los puntos de contacto de los consumidores, por lo que se impulsó la venta de entradas vía online.
Sin dudas es una situación que nunca nadie antes se imaginó. Pero lo importante es que nos dejó un gran aprendizaje, nuevas formas de trabajo y de consumo. Todos los amantes de esta industria sabemos que no hay nada mejor que vivir la experiencia de ir al cine para poder disfrutar de una buena película en una cómoda butaca. Esperamos que durante este año -vacuna mediante- la situación mejore y volvamos a disfrutar de un buen popcorn dulce.
¡Qué viva el cine!
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