A la deriva: filmar en el mar, un desafío para la producción

El director Baltasar Kormákur es un ávido amante de la naturaleza

“Sí, no puedo decirte cuántos equipos de cámara perdimos”, bromea Baltasar Kormákur, el director de A la deriva (Adrift), el film protagonizado por el gran dúo actoral de Shailene Woodley y Sam Clafin.

La cinta está basada en un drama real que transcurrió en el medio del océano cuando una pareja, sin poder imaginárselo siquiera, navegó directo al foco de uno de los huracanes más catastróficos de la historia.  

Pero ¿cómo encarar una historia donde la furia de la naturaleza es uno de los actores principales? Altamente comprometido con la aventura, Kormákur revela su secreto: “Tienes tus ideas, puedes hacer un guión gráfico todo lo que quieras pero, al final, tienes que dejar que la naturaleza dicte el rodaje... y generalmente ocurre algo interesante”.

 

El poder del amor

A este ávido amante de la naturaleza no le faltaron apasionados seguidores. Uno de ellos es Sam Clafin. “Baltasar es un vikingo. Literalmente. Él es el hombre que quieres al frente de una película, especialmente una como ésta. Lo admiro”.

A la deriva (Adrift) surge y retrata una honda tragedia. Pero también es una cinta donde predomina la perseverancia, las agallas y, en última instancia, pone de relieve como ninguna otra el poder sanador del amor.

 

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