La historia real de Secretos de Estado (Official Secrets, su título original) es realmente atrapante: la traductora Katharine Gun de los servicios secretos del Reino Unido revela una operación de espionaje que buscaba presionar a los miembros de la ONU para dar inicio a la guerra contra Irak en 2003.
El director Gavin Hood se sintió seducido al instante por llevar esta historia a la pantalla grande. Para lograrlo, recuerda sus encuentros con la protagonista real, que en la cinta es interpretada por Keira Knightley: “me encontré con Katharine, por cinco días, todos los días, por 4 ó 5 horas, la entrevisté y le dije que comenzáramos desde el principio. El hecho es que ella sólo filtró un memorándum, así que al hablarle la primera vez pude ver que estaba inquieta”, recuerda.
Y agrega, “No pudimos hablar sobre otras cosas que ella hizo en el GCHQ porque si revelaba otras cosas, podía estar en problemas con los Servicios Secretos”.
Official Secrets. Decisiones que pueden cambiar tu vida
Para el realizador, lo más revelador de la cinta es que permite al espectador plantearle una disyuntiva: “La temática detrás de la película es: “¿tú qué harías en tu trabajo si descubrieras algo en esa oficina que fuese ilegal, inmoral?” Es algo bastante común en muchas industrias, incluso la nuestra. ¿Cuándo lo denuncias? Con el riesgo de perder tu trabajo, y en su caso, con el riesgo de perder su libertad. Espero que la película genere empatía”, concluyó.