El exterior desgastado de un edificio cubre en realidad un hospital de vanguardia en el nivel del ático. Allí transcurre la acción de Hotel de Criminales, la ópera prima del escritor y director Drew Pearce.
En una ciudad de Los Ángeles sumida en el caos, este hotel/hospital de última generación llamado Artemis recibe únicamente las emergencias de los criminales malheridos durante sus atracos.
Exclusividad para quienes rompen la ley
Todos los huéspedes del hotel dirigido por The Nurse (el personaje de Jodie Foster) reciben un seudónimo asociado a lugares, como Waikiki, Acapulco o Niágara. Algo que prueba el compromiso de Artemis con el anonimato. Además, los delincuentes deben identificarse con un chip implantado en sus muñecas.
Así es como la paz dentro del hotel se sostiene sobre el equilibrio delicado de una serie de estrictas reglas de convivencia, entre las que sobresale no matar a los otros pacientes.
Pero una noche explota el conflicto en el Artemis, y un criminal desafiará al personaje de Foster con generar una guerra en el recinto que ella misma regentea hace 22 años.
Después de todo, los ladrones rompen las reglas y el enigmático edificio se convertirá en un campo de batalla plagado de intrigas y acción.