Autor de obras que han fascinado al público global, el director estadounidense Gus Van Sant se lanza nuevamente al ruedo con No te preocupes, no irá lejos (Don't worry, he won't get far on foot).
Interpretado por Joaquin Phoenix, es la biopic sobre el irreverente caricaturista John Callahan, quien utilizó sus cómics como una forma de redención de un pasado controvertido que lo dejó en silla de ruedas.
La historia de John Callahan
Este artista que murió en 2010 fue un viñetista, músico e inolvidable antihéroe de su ciudad natal, Portland.
Cuenta la leyenda que junto a un amigo permaneció bebiendo en un bar durante 24 horas antes de que ambos sufrieran un accidente automovilístico brutal. Callahan quedó cuadripléjico a los 21 años. Su amigo en el volante salió ileso.
La adicción al alcohol nunca lo abandonó del todo. Pero en su intento por fugarse de la compasión de los demás, comenzó a dibujar viñetas destilando un humor negro que causó más de una polémica. Y siempre fue por más.
Tan brillante como controvertido, Callahan se convirtió en uno de los dibujantes más creativos e irreverentes de su generación. "Fue alguien que siempre jugó con los límites", ha dicho Van Sant en la presentación de la película.
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