El desafío era grande para el prominente director José Padilha. Este cineasta brasileño no sólo se dispuso a recrear el secuestro real de un avión en pleno vuelo y que puso en vilo la diplomacia mundial en 1976. Por el contrario, también quiso ponerse en la piel de los protagonistas, y mostrar sus debilidades y contradicciones.
Muy lejos del binomio de buenos y malos
Un avión procedente de Tel Aviv fue desviado a Uganda -sumida en una cruel dictadura- por parte de simpatizantes de la causa palestina.
En gran medida, los responsables son recordados como “terroristas” por los israelíes o como “luchadores por la libertad” por los palestinos. Pero Padilha se embarca en la difícil tarea de mostrar la historia desde las múltiples perspectivas.
“Si retratara a los terroristas como si NO fueran humanos, aunque estén haciendo algo terrible e inexcusable, estaría loco”, afirmó Padilha en la última Berlinale.
Padilha pone frente al espectador los intereses que, en aquel momento, se jugaban en cada lado. “La cinta muestra hasta qué punto es difícil negociar para los israelíes y los palestinos por el gran costo político, algo que ocurre hasta hoy”, dijo el brasileño.
¡A esperar el estreno!