Hace unos meses habíamos conversado en profundidad sobre las tareas que realiza un Director de Fotografía y la importancia de este rol. Hagamos un breve recordatorio: a nivel general, es el rol encargado de todo lo referente a la imagen visual de una película que participa en todas las etapas: desde la preproducción hasta la postproducción.
En Minari, cinta de la cual se está hablando hace varios meses como una potencial ganadora a premios, el Director de Fotografía es el australiano Lachlan Milne. Sabemos que probablemente no sea un nombre que resulte tan familiar, pero también tuvo este mismo rol en algunos episodios de la serie Stranger Things.
En esta oportunidad, trabajó junto al director Lee Isaac Chung para crear los bellísimos escenarios que nos brinda en cada momento de esta emocionante historia, acerca de una familia coreana-estadounidense que se muda a una granja en Arkansas en busca del “sueño americano”. Steven Yeun, actor principal de la cinta sostiene acerca de trabajar junto a Milne: “Como Issac, es una persona muy sensitiva. Lo que hace viene tanto de su cabeza como de sus entrañas. Él se sumerge en las cosas más allá de las cuestiones técnicas”. Y por su parte, Milne agrega: “Soy un fanático de no meterme en el medio de la historia, de usar la luz disponible y ser tan honesto como se pueda – y así es. Para mi se trata de dejar a los artistas ser libres. Eso permite que haya momentos de Steven fumando con una luz perfecta que crea una sensación imposible de describir con palabras”.
¿Cómo logró crear esa sensación? Gran parte tuvo que ver con el hecho de que la producción se instaló afuera de Tulsa, Oklahoma, ubicado al oeste de la frontera con Arkansas. Allí fue cuando Milne se sorprendió con el paisaje: “Creí que Oklahoma sería seco, árido con llanuras muy amplias, pero Oklahoma oriental es sorprendentemente verde, con una belleza propia asombrosa”.
Para lograr calidez en espacios cerrados, como lo es el tráiler donde vive la familia, trabajó en conjunto con la diseñadora de producción Yong Ok Lee, quien fue capaz de remodelar ese espacio de manera tal que se sintiera como un tráiler típico que los coreanos-americanos tenían en los años 80. “La dificultad de no poder tirar paredes hicieron que tuviéramos que ser más creativos” afirma Milne. ¡Y definitivamente lo lograron!
La escena más desafiante
Una de las escenas más impactantes que seguramente quedarán en la memoria y retina del público, es la del incendio. Más allá de la simbología que el fuego como tal representa en la historia, fue una importante decisión no querer hacerla con efectos especiales. El fuego de esa escena es real. “Sabíamos que tendríamos sólo una oportunidad para hacerlo bien. Hicimos toda la preparación que necesitábamos pero nunca puedes saber qué tan alto llegarán las flamas o qué tanto arderá el fuego. Lo filmé todo con cámara en mano, confiando en el resplandor residual para iluminar la escena tanto como fuera posible (...) Es una de esas escenas en las que todos sienten, contra todo pronóstico, que lo hemos logrado” recuerda Milne.
¡Una obra maestra que próximamente disfrutaremos!