La película de Van Gogh en la puerta de la eternidad nació en el parisino Museo d’Orsay. El pintor y cineasta Julian Schnabel junto a su amigo, la leyenda cinematográfica Jean-Claude Carrière, fueron a ver una exposición sobre el célebre pintor holandés.
Hoy, ambos recuerdan cómo de aquella charla casual sobre la muestra inesperadamente cobró vida la idea de hacer una película sobre Vincent van Gogh. En este sentido, Carrière recuerda: “lo que me resultaba extremadamente interesante era la idea de tener una película sobre el arte de pintar hecha por un pintor”.
Una visión de los últimos días de Van Gogh que no se asemeja a ninguna otra
A partir de aquella chispa, Schnabel armó una estructura narrativa que crea un efecto similar al experimentado tras ver más de 30 pinturas.
“La experiencia se convierte en algo más. Se transforma en un cúmulo de todos esos sentimientos diferentes juntos”, detalla el cineasta.
Schnabel añadió que “a medida que se van viendo los eventos que le van sucediendo a Vincent, se siente como si todo ese período de su vida estuviera sucediendo en un momento”.
Así, en un resultado cinematográfico sorprendente, este largometraje protagonizado por Willem Dafoe expone los sentimientos del artista en el azaroso acto de la creación.
